Ambivalencia en la maternidad: "Amo mi bebé y extraño mi vida antes de ser madre"

Una de las experiencias emocionales más complejas que puede surgir en la maternidad es la ambivalencia materna, que se refiere a tener un conflicto emocional extremo en relación con lo que se siente hacia el hijo. Es la sensación de disfrutar estar cerca del bebé y, al mismo tiempo, necesitar tu espacio y libertad. No estás sola, muchas madres sienten esta ambivalencia, pero no se atreven a expresarla por temor a ser juzgadas o malinterpretadas.

 

La maternidad es como una montaña rusa de emociones y situaciones inesperadas. Los cambios que experimenta una mujer durante la transición a ser madre pueden provocar la sensación de perder la identidad, experimentar emociones incómodas y un malestar que, a menudo, prefieren no manifestar. La antropología ha acuñado el término "matrescencia" para describir este proceso de transformación.

 

Existe una profunda dualidad en la maternidad debido a estas emociones intensas y a menudo contradictorias. Por un lado, se puede sentir una inmensa alegría y amor hacia los hijos, pero al mismo tiempo, puede haber soledad y nostalgia por lo conocido: la identidad personal, la vida social, el desarrollo profesional, la pareja, entre otros aspectos. La vida cambia en todos los aspectos al convertirse en madre y puede ser un proceso incómodo si la madre no cuenta con el apoyo necesario para gestionar esos cambios.

 

Es importante comprender que es natural sentirse así y significa que estamos en conflicto con las emociones que nos llegan en relación con este rol. Es fundamental honrar y aceptar esta ambivalencia, en lugar de resistirla o rechazarla. La resistencia y el rechazo suelen estar relacionados con las expectativas que la sociedad tiene sobre las madres y la presión de ser la "madre perfecta" que siempre se siente bien. Es necesario estar conectadas con la realidad y validar y conversar sobre todos los aspectos de la experiencia de ser madre.

 

En este viaje, es crucial tener un espacio libre de juicios donde las madres se sientan apoyadas y validadas. Contar con una comunidad de madres comprensivas puede ayudar a transitar esta etapa de la vida de manera más saludable y equilibrada. Compartir experiencias, emociones y soluciones ayuda a aliviar la carga emocional y a encontrar un camino que funcione mejor para cada madre.

 

La ambivalencia materna no significa que no se ame a los hijos o que no se esté comprometida con el rol de madre. Es simplemente una parte natural del proceso y es importante poder brindarse comprensión, apoyo y aceptación. Al validar y normalizar estos sentimientos, las madres pueden encontrar un equilibrio entre ser una madre amorosa y, al mismo tiempo, cuidar de su propia identidad, bienestar y necesidades personales.

 

En conclusión, la ambivalencia es una experiencia común y compleja. Reconocerla, validarla y buscar apoyo puede ayudar a navegar mejor este viaje de autoconocimiento, crecimiento y amor inmenso. Al mismo tiempo, es válido extrañar la vida antes de ser madre y necesitar tiempo y espacios para sí misma.